Internacionalización, clave de sostenibilidad

(Intervención del presidente del Círculo en la presentación de la jornada sobre Internacionalización organizada en colaboración con la Cámara de Orihuela el día 6.06.14)

Buenos días y muchas gracias por asistir a esta jornada para apoyos a la internacionalización de las empresas que hemos convocado conjuntamente la Cámara de Comercio de Orihuela y el Círculo de Economía de la Provincia de Alicante en una colaboración cada día más estrecha que hemos concretado en diferentes actividades en este último año, con un solo objetivo: facilitar a las empresas de la zona la transición por este escenario complejo y su preparación para entrar con fuerza en una nueva etapa de recuperación que todos queremos ver confirmada.

El Círculo de Economía de la Provincia de Alicante es una asociación empresarial sin ánimo de lucro integrada en la red  CEDE (Confederación Española de Directivos y Ejecutivos, con más de 140.000 empresarios y directivos españoles), que apoya la investigación, la innovación y la cultura emprendedora, a la vez que impulsa la adopción de las técnicas más avanzadas y eficientes de gestión empresarial entre todas las empresas y directivos de las empresas alicantinas, y específicamente entre nuestros socios.

Pretendemos consolidarnos como un foro de opinión empresarial y directiva complementario y compatible con otras asociaciones, con la finalidad de poner en valor las figuras del empresario y los directivos de empresa que son, sin duda, figuras clave en el desarrollo económico y social de nuestro entorno, en el concepto de “empresas de personas para personas”, basado en la cualificación, el compromiso, la innovación, la calidad y la ética como elementos diferenciales de nuestras empresas y sus dirigentes. Valores sobre los que podremos construir empresas eficientes, comprometidas con el entorno y sostenibles en el tiempo.

Y en esa sostenibilidad enmarcamos el objetivo de esta jornada, la necesidad de internacionalizar el negocio de nuestras empresas, coherente con el entorno global en que vivimos, con una economía absolutamente internacionalizada a la que necesariamente deben incorporarse las empresas que quieran tener futuro.

En este contexto, es importante fijar algunos conceptos previos que eviten expectativas poco realistas, a la vez que apunten posibilidades ciertas para nuestras empresas:

No podemos asociar la internacionalización con la simple comercialización de productos y servicios en el exterior –o la captación de clientes extranjeros para negocios en España-, y mucho menos como una vía de liquidación de stocks que no tienen salida en el mercado interior, al menos si nos la planteamos como una vía de negocio sostenible más allá del apoyo que puntualmente pueda suponer para sobrevivir en este entorno de crisis que aún soportamos.

La internacionalización de la empresa debe ser consecuencia de una reflexión estratégica sobre nuestro modelo de negocio y nuestras expectativas en un mercado que trasciende en mucho las fronteras nacionales.

Y aunque el tamaño importa, no es una opción que tienen solo las empresas grandes. La colaboración entre Pymes, la búsqueda de sinergias entre empresas complementarias, de la mano de expertos en los mercados internacionales en los que las Cámaras de Comercio son sin duda pioneras, pueden aportar a las pequeñas y medianas empresas de nuestra zona los conocimientos y las capacidades básicas para que puedan empezar a plantearse con un cierto nivel de garantías el paso hacia la internacionalización. Un paso necesario en este mundo y mercado global en el que inevitablemente nos movemos.

Pero desde esa reflexión estratégica, contamos con una ventaja importante: el verdadero motor de la internacionalización está en la propia empresa y en sus directivos, en su decisión de integrar en su actividad los mercados internacionales, lo que va mucho más allá de hablar idiomas; hay que conocer las diferentes culturas de los países a los que nos dirigimos, que condicionan en gran medida el éxito en los negocios; hay que adaptar nuestro producto a las expectativas de nuestros nuevos clientes, haciendo esta adaptación compatible con una cierta estandarización de procesos que nos permita alcanzar deseables economías de escala; tenemos que conocer los canales de comercialización, distribución, localización de segmentos objetivos de clientes, funcionamiento de los competidores, etc.

No es fácil, pero nadie dijo que ser empresario fuera fácil.

Este proceso imprescindible de internacionalización pasa, por tanto, por abordarlo con una actitud estratégica que contemple

–       ¿En qué mercados entrar?

–       ¿A qué segmentos de clientes nos dirigimos?

–       ¿Qué ventaja competitiva pretendemos explotar?

–       ¿Con qué recursos contamos y qué recursos necesitamos para abordar esta estrategia?

Y cuando una empresa se lo plantea desde este punto de vista estratégico, puede obtener ventajas importantes, como la diversificación de mercados lo que conlleva una diversificación de los riesgos que permite compensar la falta de crecimiento de unos países con la potencia de otros (el presidente de Mondragón Internacional, Josu Ugarte, lo plasmó perfectamente en un libro reciente: “España está en crisis, el mundo no”); la prórroga del ciclo de vida de algunos productos, acordes con  el desarrollo social o las necesidades y capacidades específicas de los diferentes países o regiones con los que mantenemos relaciones comerciales; y por supuesto, nuevas oportunidades de mercado no solo en clientes, sino también en proveedores, de manera que la internacionalización puede afectar a diferentes fases de nuestra cadena de valor.

Las Cámaras de Comercio son un apoyo excelente tanto en los primeros pasos como en los procesos de consolidación de actividades en mercados exteriores.

Muchas gracias por su asistencia y por su convicción en que en la internacionalización vamos a encontrar oportunidades tanto para nuestras empresas individuales como para la economía de nuestra zona.

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