Etiqueta: cualificación

Internacionalizarse es más que exportar

Siendo, por supuesto, muy importante la exportación y la cara más visible de la internacionalización de las empresas. Y aunque en este punto no hemos sido pioneros, lo que incorpora dificultades añadidas a la expansión de esta nueva forma de trabajar, no lo estamos haciendo mal en nuestra provincia en los últimos años en comparación con la media nacional, tras la fuerte crisis de la construcción: De acuerdo con los datos publicados recientemente por el ICEX sobre evolución de las exportaciones españolas al mes de septiembre, mientras España ha crecido un 4,4% sobre el mismo periodo del año anterior, las empresas alicantinas han aumentado sus ventas al exterior un 11,8%, casi triplicando el crecimiento nacional.

Podríamos pensar que estamos en aquel concepto de marketing de segundos (o terceros, o cuartos), pero mejores, pero creo que no es así: las empresas españolas, especialmente las PYMES, hemos vivido en una economía local dando mucho margen a otros países y otras zonas en sus proyectos internacionales, aunque vamos recuperando terreno.

Pero entendiendo la internacionalización como la actividad exterior de las empresas, aparecen otras posibilidades: importaciones, atracción de clientes a nuestro entorno más próximo, implantación de filiales en el exterior, etc. Y sobre todas estas posibilidades, lo realmente importante es entender nuestro negocio en el ámbito internacional que en realidad es mucho más que “un ámbito”.

Los negocios internacionales son, habitualmente, muchos negocios diferentes, muchas combinaciones de productos/mercados, con estrategias y tácticas distintas en cada uno de esos negocios, tanto en nuestra condición de exportadores como en la de importadores, o en la de nuevos participantes con subsedes en esos mercados. Pretender desembarcar en un país nuevo replicando sin más una estrategia de éxito en nuestro espacio doméstico es casi una garantía de fracaso en nuestro proyecto internacional.

La internacionalización necesita no solo conocer bien el idioma del país, sino también su cultura, la identificación y expectativas de los clientes objetivo, los canales de comercialización, las vías de acceso a la solución de los trámites administrativos, la manera de entender las relaciones laborales, el nivel de infraestructuras en destino y nuestras necesidades específicas, etc.

Seguir profundizando en este camino no es una opción, es una necesidad para mantenernos en este nuevo “ámbito global”. Lo que exige estrategia, focalización, cualificación, recursos, estructura … y cooperación.

Reflexiones sobre la crisis (y post crisis)

Parece que empezamos a vislumbrar la salida de la crisis. Crisis que, además, llegó casi por sorpresa cuando la deberíamos haber reconocido con la antelación suficiente y tomar medidas que limitaran sus efectos.

Pero la realidad es que durante el verano de 2007 parece que se hubiera hundido el mundo, con el agravante de que costó mucho reconocerlo, lo que agudizó su impacto derivando en una falta de confianza de los mercados en nuestra economía (y en otras muchas economías occidentales), dificultando la fluidez necesaria en las relaciones comerciales, agravada, sin duda, por una fuerte crisis financiera que afectó de manera importante al crédito hacia las empresas.

Pero afortunadamente comienzan a aparecer luces de esperanza.

Sin duda es una situación compleja pero esto no es nuevo ni probablemente cambiará mucho en el futuro salvo en la que espero progresiva solución de esta crisis que arrastramos.

Pero el resto de factores que inciden sobre la situación de las empresas (la globalización, la internacionalización de la economía, la emergencia y rápida extensión de las tecnologías de la información y las comunicaciones) están aquí para quedarse, y esto incorpora tensión competitiva y exige nuevas formas de hacer, nuevas formas de competir y contar con recursos en muchas ocasiones diferentes de los que la empresa posee y que en el pasado le permitieron evolucionar correctamente.

La globalización, por ejemplo, nos ha mostrado muchas cosas, entre ellas que los programas de mejora de eficiencia en nuestras empresas son fundamentales, pero difícilmente llegaremos en bastantes años a poder competir en costes con los países que llamamos emergentes.

La diferenciación –sin olvidar los costes, por supuesto- debería ser una de nuestras apuestas fundamentales, lo que exige alta cualificación y compromiso de la plantilla, así como el fomento de la creatividad y la innovación que nos permitan competir en buenas condiciones con otros actores de, prácticamente, todo el mundo y en cualquier parte del mundo.

Y cuando hablo de cualificación y compromiso me refiero con el futuro de la compañía; de ahí la importancia del reciclaje permanente de todos los trabajadores. Es imprescindible vivir y trabajar con la época en la que estamos, a la vez que nos preparamos para la nueva época, que siempre empieza hoy.

Con los conocimientos y las capacidades del pasado conquistamos el pasado. Ahora toca prepararnos constantemente para alcanzar el futuro que en ocasiones nos parece incluso inconsistente y del que sabemos poco más que será distinto del pasado.

La apuesta por la innovación así como por la internacionalización (si agentes externos vienen aquí, nosotros debemos salir también al exterior. Esto, además, nos puede blindar ante futuras crisis que ocurrirán, aunque no de manera generalizada en todos los países), solos o cooperando con otras empresas, son clave, en mi opinión, para ganar el futuro.

Y esto exige, como también he comentado, cualificación para el futuro y la mayor flexibilidad posible en todos los aspectos de la gestión que permitan a la empresa adaptarse a esas circunstancias cambiantes que ocurren y ocurrirán.

Seguimos teniendo, como sociedad, el problema básico del desempleo. Pero quiero ser optimista. En este punto ya tocamos fondo y a nivel agregado estamos empezando a mejorar, lo que debe consolidarse con medidas que reactiven la economía, que refuercen nuestra imagen como país, que apoyen nuestras fortalezas y que nos sitúen de nuevo como uno de los motores europeos, eso sí, sobre bases más sólidas que en el pasado.

Pero eso exige movilidad de los trabajadores actuales, actualización permanente, estar en condiciones constantes de competir con la generación joven mejor formada de nuestra historia, y que arrastra una tasa de paro insoportable que supera el 50%.

En este punto, quisiera hacer una mención muy breve a la reforma laboral, que yo sí creo que apoya el empleo en tanto que da a la empresa más argumentos ante una crisis para intentar mantener la mayor cantidad de empleo posible, sin recurrir necesariamente al cierre ante dificultades más o menos coyunturales: facilidades para pactar y acometer ERE´s temporales o limitados, y ajustes salariales, van en esa dirección.

Ajustes justificados también en gran medida por la globalización y la consiguiente necesidad de competir con empresas de países emergentes con un impacto del salario mucho menor en sus costes, lo que les permite ofrecer productos a precios más competitivos.

Y aunque estoy convencido de que nuestra apuesta de futuro como país y a nivel de cada empresa en particular debe ser la diferenciación, el precio es un factor que no se puede menospreciar en ningún caso, máxime en tiempos de crisis como los que aún vivimos.

En esta línea, creo que el tejido empresarial tras la crisis será mucho más especializado, con cada empresa focalizada en la parte de la cadena de valor del proceso en la que sea más eficiente, en la que pueda aportar ventajas competitivas, mucho más abierto a colaborar con otras organizaciones con el objetivo de avanzar juntos a través de la cooperación; innovador y, por supuesto, mucho más internacionalizado que nuestras empresas actuales.

Y en cuanto a los empleados, los imagino muy cualificados, activos, comprometidos con la empresa durante su periodo de vinculación a la misma, con disposición para moverse por todo el ámbito de operaciones de la compañía, convencidos de que su valor es su actualización permanente y un tema muy importante, con idiomas, que el mundo va mucho más allá de nuestras fronteras nacionales, las empresas también tienen que ir, y los empleados tienen, al menos, que seguirlas.

Ética en digital

Con la globalización, impulsada básicamente por la irrupción de tecnologías muy avanzadas y la rápida extensión de internet, el mundo ha cambiado tanto social como empresarialmente.

Los consumidores, especialmente los jóvenes y por tanto el futuro inmediato, viven en un entorno completamente digitalizado con al menos dos factores clave, en mi opinión, que afectan a las empresas: la necesaria transparencia de las empresas porque todo está en la red, lo que exige más que nunca comportamientos éticos por parte de las empresas y de todos sus directivos; y la profesionalidad exigible a todos los miembros de la empresa porque competimos, efectivamente, en un entorno global, completamente internacionalizado, con empresas de cualquier parte del mundo, en cualquier parte del mundo y por cualquier canal de distribución.

Competir correctamente en este entorno exige cualificación, trabajo en equipo, innovación, compromiso, calidad, ética, conocimiento de las tecnologías aplicables, … en toda la plantilla, lo que implica cambios necesarios en el perfil de los directivos necesarios en este tiempo.

Tan importante como alcanzar los resultados, es la forma en que los abordamos si pretendemos -como pretenden todas las empresas que se constituyen con ánimo de permanencia- que esos resultados sean sostenibles en el tiempo.

Conocer las posibilidades que ofrecen las tecnologías para mejorar la eficiencia empresarial compatible con la mejora continua del servicio al cliente y la mejora de la vida laboral de los empleados, sin hacer un uso intrusivo de las posibilidades que esa tecnología también proporciona, es un factor clave en ese nuevo perfil directivo, tal como se apunta en el artículo que publiqué en Abc el pasado 11 de junio, y que puedes leer completo aquí.

Valores para la salida de la crisis: caminando hacia la empresa sostenible

El Círculo de Economía de la Provincia de Alicante es una asociación empresarial sin ánimo de lucro integrada en la red  CEDE (Confederación Española de Directivos y Ejecutivos), que apoya la investigación, la innovación y la cultura emprendedora, a la vez que impulsa la adopción de las técnicas más avanzadas y eficientes de gestión empresarial entre todas las empresas y directivos de las empresas alicantinas, y específicamente entre nuestros socios.

Pretendemos consolidarnos como un foro de opinión empresarial y directiva complementario y compatible con otras asociaciones, con la finalidad de poner en valor las figuras del empresario y los directivos de empresa que son, sin duda, figuras clave en el desarrollo económico y social de nuestro entorno, en el concepto de “empresas de personas para personas”, basado en la cualificación, el compromiso, la innovación, la calidad y la ética como elementos diferenciales de nuestras empresas y sus dirigentes.

Nuestro objetivo, pues, son las personas capaces de crear y mantener esas empresas; ayudarles a encontrar las mejores herramientas y conocimientos más actualizados para la gestión; apoyarles en sus proyectos de creación o consolidación de sus empresas; y la búsqueda de sinergias entre los socios que permitan la colaboración en proyectos comunes desde la transparencia, y adoptando actitudes que persigan el crecimiento conjunto.

Y para ello contamos como argumento diferencial con nuestra integración en CEDE, que en la actualidad agrupa a 43 entidades y más de 140.000 directivos de todos los sectores, lo que sin duda le otorga la mayor representatividad en un colectivo, el de los directivos y ejecutivos, fundamental para el progreso de nuestras empresas y, por tanto, clave en el progreso social, a la vez que conformamos un grupo de opinión con capacidad de influencia en los temas más trascendentes en relación con las empresas.

En tanto que presidente del Círculo de Economía de la Provincia de Alicante, tengo el honor de pertenecer a la Junta Directiva de CEDE, presidida en estos momentos por Isidro Fainé, presidente a su vez de Caixabank, lo que nos permite, entre otras cosas, estar en excelentes condiciones para trasladar a nuestros directivos las mejores prácticas de gestión a nivel nacional que se puedan estar desarrollando en cualquier parte de nuestro país.

En el Círculo tenemos directivos y empresarios de prácticamente todos los sectores, y aunque la crisis afecta a todos los ámbitos de las relaciones sociales y económicas, lo cierto es que su impacto no ha sido exactamente homogéneo ni, en consecuencia, la respuesta ha sido la misma, con algunas pautas comunes como el adelgazamiento, en general, de una parte importante de nuestro tejido industrial para adaptar estructuras y capacidades a las nuevas posibilidades del mercado, una mayor focalización en los costes, y un esfuerzo evidente por internacionalizar nuestra actividad, acorde con las exigencias de un mundo y un mercado global.

Creo que tras unos años de una cierta confusión motivada por un crecimiento que parecía imparable y por una cierta confusión en los valores que son el pilar no solo de las empresas sino del modelo mismo de sociedad, estamos volviendo a poner los pies en el suelo y los directivos hemos tomado plena conciencia de la situación y sabemos cómo abordarla en nuestras empresas. Volver a construir sobre valores sólidos y compartidos, y no sobre cimientos de barro, es el camino correcto.

Y es que aunque con la globalización, la internacionalización de la economía y la emergencia y rápida difusión de las tecnologías de la información y las comunicaciones básicamente asociadas a internet, el cambio forma ya parte inseparable de nuestras vidas, en el fondo los valores esenciales sobre los que construimos las sociedad y sobre los que se asientan las empresas no cambian: confianza, prudencia, integridad, respeto a los demás, cualificación, seguridad, solvencia, equipo, compromiso, corresponsabilidad real en el desarrollo económico, social y medioambiental … son y serán básicos para el progreso sostenido.

Durante el  año 2013, hemos continuado desarrollando actividades (conferencias, talleres, jornadas técnicas, espacios para networking, …) tendentes a mantener actualizada la cualificación y la información de nuestros socios sobre la realidad del entorno y en las técnicas de gestión más avanzadas, para facilitar el tránsito de sus empresas en un escenario complejo.

En paralelo, hemos trabajado con los futuros directivos de nuestras empresas mediante el convenio de colaboración que mantenemos con la Universidad de Alicante, en la transferencia de conocimiento tanto académico como empresarial a los alumnos de últimos cursos y postgrado en disciplinas relacionadas con la gestión y dirección de empresas.

La extensión de nuestra actividad así como de las opiniones de nuestros colaboradores a través de los blogs del Círculo (133 artículos publicados por 15 editores activos) y en los medios de comunicación, ha constituido otra línea de extensión de nuestras propuestas al entorno social y empresarial de la provincia de Alicante.

Todo ello para el desarrollo de un tejido empresarial que será mucho más especializado, con cada empresa focalizada en la parte de la cadena de valor del proceso en la que sea más eficiente, en la que pueda alcanzar ventajas competitivas, mucho más abierto a colaborar con otras organizaciones con el objetivo de avanzar juntos a través de la cooperación; innovador y, por supuesto, mucho más internacionalizado que nuestras empresas actuales.

Y en cuanto a los empleados, el contexto exige que sean muy cualificados, activos, comprometidos con la empresa durante su periodo de vinculación a la misma, con mentalidad global, con disposición para moverse por todo el ámbito de operaciones de la compañía, convencidos de que su valor es su actualización permanente y un tema muy importante, con idiomas, que el mundo va mucho más allá de nuestras fronteras nacionales, las empresas también tienen que ir, y los empleados tienen, al menos, que seguirlas.

Solo las personas pueden hacer a las empresas sostenibles en el tiempo

(Intervención del Presidente del Círculo en la jornada : “Los Recursos Humanos en la empresa. Retos en la empresa Alicantina. Valor y Valores”, desarrollada el 21.05.14 en Elche)

Bienvenidos a esta jornada sobre gestión de personas en la empresa, que hemos organizado conjuntamente entre el Círculo de Economía de la Provincia de Alicante, AEDIPE, la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante, Fundesem y el CEU, desde la convicción de que si hay un elemento capaz de diferenciar a las empresas por encima de ningún otro, ese elemento es la gestión de las personas de la compañía.

Así lo defendemos en el Círculo, y así lo queremos plasmar en esta jornada.

El Círculo de Economía de la Provincia de Alicante es una asociación empresarial sin ánimo de lucro con una trayectoria de más de 40 años en la provincia de Alicante desde nuestros orígenes en el Club de Marketing y en el Club de Alta Dirección Empresarial de Alicante; integrada en la red CEDE (Confederación Española de Directivos y Ejecutivos, con más de 140.000 empresarios y directivos españoles), que apoya la investigación, la innovación y la cultura emprendedora, a la vez que impulsa la adopción de las técnicas más avanzadas y eficientes de gestión empresarial entre todas las empresas y directivos,  específicamente entre nuestros socios, con la importante ventana al mundo que nos aporta nuestra pertenencia a la Junta Directiva de CEDE.

Pretendemos, además, consolidarnos como un foro de opinión empresarial complementario y compatible con otras asociaciones y esta jornada conjunta en la que hoy participamos es un prueba de esa orientación, con el objetivo de poner en valor las figuras del empresario y los directivos de empresa que son, sin duda, claves en el desarrollo económico y social de nuestro entorno, en el concepto de “empresas de personas para personas”, basado en la cualificación, el compromiso, la innovación, la calidad y la ética como elementos diferenciales de nuestras empresas y sus dirigentes.

Nuestro objetivo, pues, son las personas capaces de crear y mantener esas empresas; ayudarles a encontrar las mejores herramientas y conocimientos para la gestión; apoyarles en sus proyectos de creación y consolidación; y la búsqueda de sinergias entre los socios que permitan la colaboración en proyectos comunes desde la transparencia, y adoptando actitudes que persigan el crecimiento conjunto.

Queremos, por tanto, crecer juntos como directivos, contribuir al crecimiento de nuestras empresas a través de la colaboración, y ser actores positivos en aportación al desarrollo de nuestro entorno social.

Creemos, por tanto, en las personas, en su función en las empresas y en su capacidad para identificar, entender y resolver los problemas y las expectativas de los clientes objetivo, desde perspectivas viables y originales sobre las que las empresas puedan construir ventajas competitivas que las ayuden a tener éxito en este mundo complejo, global y muchas veces imprevisible en el que debemos convivir.

Una propuesta como la que hoy les hacemos a través de esta jornada: “Los Recursos Humanos en la empresa. Retos en la empresa Alicantina. Valor y Valores” encaja perfectamente en la visión que compartimos en el Círculo acerca de la importancia estratégica de las personas en las compañías.

Las grandes ideas son capaces de poner en marcha una empresa de éxito, pero solo las personas pueden hacer ese éxito sostenible en el tiempo. Y nosotros apostamos por la sostenibilidad, por la viabilidad y continuidad en el tiempo de las empresas, que constituyen uno de los pilares básicos de nuestro modelo social, fundamental para reconstruir confianzas que apoyen la salida de esta crisis cuya salida queremos empezar a vislumbrar.

Pasión, excelencia y formación continua.

Son tres claves destacadas a lo largo de esta 2ª edición de la mesa redonda “Prepárate y marca la diferencia en el mundo profesional” organizada el pasado 10.04.14 por el Máster en Dirección y Gestión de Recursos Humanos, la Facultad de Derecho y la Cátedra Prosegur, de la Universidad de Alicante, con el Círculo de Economía de la Provincia de Alicante.

La sesión, orientada básicamente a estudiantes de últimos cursos de áreas relacionadas con la gestión de Recursos Humanos en las empresas así como a alumnos de postgrado, contó con una amplia asistencia y la participación como ponentes de

  • Francisco Carrillo Ros | Director de Recursos Humanos en Grupo Balearia
  • Isaías Pérez Corral | Propietario de Isaías Pérez Consultores
  • Kerstin Healy | Change Manager at OHIM
  • Mari Gascón | Responsable de Gestión Administrativa y Presupuestaria del Dpto. de Personal de SUMA
  • Mariano Tarí | Director de Calidad e Innovación en Core Poligestión Expertos
  • Mireia Valverde | Profesor Visitante de la  ILR School de la Cornell University (USA)
  • Natalia Ortiz Martínez | Departamento Financiero y de Organización. Área Laboral en Grupo Gestimed
  • MODERA – José Luis Gascó | Director del Máster en Dirección y Gestión de Recursos Humanos

en una mesa redonda moderada por el Director del Máster en Dirección y Gestión de Recursos Humanos y catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Alicante, José Luis Gascó.

Comenzó el profesor Gascó presentando la jornada y las razones que la justifican: Prepárate porque aunque es necesaria la docencia, la aportación de conocimientos e información externa, máxime en un entorno universitario, el éxito depende del compromiso del alumno con el proceso de aprendizaje, y marca la diferencia en el mundo profesional, porque en este caso no pretendemos hablar de formación básica común, sino de actualización permanente, de competencias distintivas diferenciadas y útiles en el mundo profesional. Y esto de la mano de trayectorias de profesionales que hace poco tiempo fueron estudiantes de la Universidad y hoy desarrollan sólidas carreras profesionales en el ámbito de las relaciones laborales en las empresas.

Hablamos de un tema complejo –la gestión de los recursos humanos-, incluso controvertido especialmente porque estamos en un tiempo difícil, inmersos aún en una crisis que ha focalizado la acción de las áreas de personal de muchas compañías en procesos de ajuste mucho más que en desarrollo de las personas; y en una tierra especialmente azotada por esa crisis, lo que incorpora dificultades especiales a la gestión de personas, retos adicionales para los que es necesaria una excelente preparación (las tres T, en terminología del profesor Gascó).

Inmediatamente dio paso a Francisco Carrillo, director de RRHH del Grupo Balearia, que explicó su trayectoria profesional desde la licenciatura en Derecho, itinerario por diferentes empresas hasta la dirección de RRHH del Grupo Balearia, en un proceso continuo de formación que es imprescindible para ser competitivo en cualquier campo profesional que uno elija o al que se dedique.

Habló de la importancia de continuar con la formación práctica tras finalizar la universitaria y no abandonar nunca el interés por el propio desarrollo, especialmente en el campo de la gestión de personas en el que junto a las continuas modificaciones que está sufriendo la legislación laboral de aplicación, es imprescindible individualizar la resolución de problemas.

Aunque la primera asociación de la gestión de recursos humanos –decía Francisco- son las nóminas, seguros sociales, contratos, despidos, esta es solo la función básica, pero solo puede aportar valor negativo si no se hace bien; el verdadero objetivo es otro, que identificaba como el contrato moral -complemento imprescindible del contrato laboral mucho más evidente-, que pretende el compromiso del empleado con los objetivos y los valores de la compañía, alinear el talento al servicio de la empresa con la contrapartida de una carrera profesional para el empleado. Y es que, en opinión del ponente, lo más importante en las empresas son las personas y su éxito se construye fundamentalmente sobre el talento de sus empleados.

Conseguir que ese talento trabaje junto para alcanzar los objetivos de la compañía y, a través de ellos, de todos sus grupos de interés, es la misión fundamental de las áreas de recursos humanos (“Sois nuestro relevo, pero teneis que demostrarlo”, terminaba diciendo a los asistentes).

A continuación tomaba la palabra Isaías Pérez, propietario y gerente de Isaías Pérez Consultores- gestoría y asesoría de empresas en gestión de Recursos Humanos, más allá de la actividad administrativa imprescindible de gestión de contratos, nóminas, seguros sociales o declaraciones trimestrales de IRPF-, que explicó su experiencia en personalización del servicio a cada una de sus empresas clientes, especialmente PYMES, como argumento competitivo que le ha permitido crecer en este tiempo de crisis y cierre de empresas.

Esa personalización del servicio, explicaba Isaías, se basa en una actualización permanente de los conocimientos necesarios para abordar la gestión con garantías puesto que la normativa sufre cambios continuos, así como en la pasión por el trabajo que está realizando y la búsqueda constante de la excelencia.

Siguió Mari Gascón, responsable de Gestión Administrativa y Presupuestaria del dpto.. de Personal de SUMA, licenciada en Ciencias del Trabajo y Máster en Dirección y Gestión de RRHH por la UA, que reiteró el concepto de que lo más importante en las empresas son las personas, su capital humano que tiene que ser productivo, para lo que la gestión adecuada de las personas es la clave, lo que en el entorno actual exige directivos de recursos humanos dinámicos, flexibles, con visión estratégica y capacidad de implicación de la plantilla en el proyecto de empresa hasta convertirlo en un proyecto realmente compartido.

Y eso exige compromiso de la empresa (gestión de equipos, comunicación, desarrollo profesional, …) y del empleado, cuyo éxito profesional debe basarse en la formación permanente incluso después del periodo reglado en la Universidad, y el trabajo en equipo.

Terminaba su intervención haciendo énfasis en la necesidad de aportar algo diferencial al mundo profesional para construir una carrera sólida, “buscad vuestra marca y luchad por vuestros sueños”, concluía.

Mariano Tarí, director de Calidad e Innovación en Core Poligestión Expertos, comenzó su intervención afirmando que la Gestión de Recursos Humanos es una profesión de presente y de futuro, útil para la empresa y que exige formación permanente de las personan que desarrollan esa gestión.

Describió brevemente su amplia trayectoria profesional desde la licenciatura en Ciencias Químicas en la UA, trabajando inicialmente por cuenta ajena, creando empresas, llegando a director de RRHH en Pikolinos hasta hoy, en que se encuentra inmerso en la creación y desarrollo de un nuevo proyecto empresarial.

RRHH es una profesión de presente y de futuro: las personas son el activo más importante de las empresas, aportan creatividad e innovación si la dirección de RRHH sabe implicarlos. El estilo de gestión -las formas- es fundamental para el éxito de la compañía; el compromiso o la desvinculación mental de los trabajadores pueden elevar o hundir la empresa.

¿Por qué es útil el Director de Recursos Humanos para la empresa?, en primer lugar en su función de selección del talento y formación continua; en segundo lugar, por su responsabilidad en el mantenimiento de un clima laboral adecuado (programa de evaluación del desempeño desde un planteamiento exclusivamente constructivo; reconocimiento; confianza; autoestima …, desde el reconocimiento de la realidad de la empresa); y en tercer lugar, en su función en el momento de desvinculación del empleado, preparando la salida, facilitando alternativas, cuidando las formas, no cerrando definitivamente puertas, …

¿Por qué debe formarse muy bien el director de RRHH?, porque está siempre en medio de todas las actividades de la empresa, porque debe ser objetivo manteniendo el equilibrio en todo momento y en situaciones complejas (los problemas de las personas impactan directamente en el trabajo), porque debe gestionar correctamente las emociones, ser un buen comunicador, saber escuchar y dar soluciones, …

Mariano terminaba su intervención animando a los presentes a continuar por la senda de la gestión de los recursos humanos en las empresas: “Si te gusta el puesto de trabajo, ánimo. Ser director de Recursos Humanos es muy gratificante”.

En conexión directa vía streaming desde EEUU, Mireia Valverde, profesora visitante de la  ILR School de la Cornell University, comenzó describiendo brevemente su trayectoria profesional desde la licenciatura en Económicas iniciada en la Universidad de Barcelona y finalizada en la de Limerick (Irlanda) en la especialidad de RRHH, su paso por la empresa privada en Reino Unido hasta su incorporación a la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y posteriormente a la Rovira y Virgili, también de Barcelona, desde donde está desarrollando una carrera profesional centrada en los Recursos Humanos desde tres vertientes: la docencia, la gestión, y la investigación, fundamental para la gestión de personas puesto que cada trabajador es diferentes, de manera que estímulos iguales pueden provocar reacciones diferentes, lo que hace del ámbito de la investigación sobre los RRHH una actividad apasionante.

Una conclusión importante es que la actividad de RRHH debe estar informada por la Teoría, pero debe aplicarse de manera específica en cada contexto.

En esta profesión, decía Mireia, no hay un solo trabajo, hay muchos trabajos (selección, formación, desarrollo profesional, …), y entre todos los roles de RRHH el que se va a desarrollar más en el futuro próximo es el de Business Partner, responsables de la implementación de las políticas de RRHH en cada área de la empresa apoyando e integrando las políticas de RRHH de la compañía en la realidad de cada uno de los departamentos de la organización.

Mireia terminaba diciendo “Podeis hacerlo todo: decidid lo que quereis hacer y perseguidlo, sin prisa, con actitud abierta, con inglés fluido (el mundo es global y el inglés imprescindible) y con actitud de aprendizaje permanente”.

Natalia Ortiz

Su actividad actual en la empresa es la correspondiente a un técnico cualificado de RRHH con funciones en selección, prevención de riesgos laborales, formación externa y, cada vez de manera más clara, funciones relacionadas con la figura explicada por Mireia de Business Partner.

Natalia explicaba que en el actual entorno competitivo, especialmente entre los jóvenes licenciados, es fundamental la diferenciación por la vía de la formación y actualización continua de conocimientos y capacidades, especialmente en el área de gestión de personal, coincidiendo con los anteriores ponentes en las continuas modificaciones legislativas y la presión creciente de competidores, lo que hace que el área laboral esté en continuo movimiento, exigiendo el reciclaje permanente de las personas que quieran optar a puestos de responsabilidad en la misma.

Kerstin Healy,

Hoy Kerstin es gestora del cambio en la OAMI dentro del área de Recursos Humanos, en la misma línea de los Business Partners ya explicados.

Decía Kerstin que el puesto de Director de RRHH de una empresa, especialmente en empresas de una determinada dimensión, es muy amplio, por lo que si nuestra pretensión es desarrollar funciones en ese campo, es importante abordarlas sin prisa excesiva, especializándose en una parte del rol global (selección, formación, etc.) para ir creciendo poco a poco sobre bases sólidas.

Eso sí, con decisión, con pasión por el trabajo a realizar, buscando la excelencia y con una actitud clara de mejora continua tanto en lo que hacemos como en nuestra propia cualificación.

La mujer en puestos directivos incorpora diversidad de perspectivas, mejora los ratios de gestión

Con estas palabras abría la Decana de Económicas de la UA, Mª Jesús Santana, la jornada sobre Mujer y Empresa: aportaciones de la mujer a la gestión y dirección de empresas, organizada conjuntamente por el Círculo de Economía de la Provincia de Alicante, la Universidad de Alicante a través de su Cátedra Prosegur, AEPA y la Plataforma Unidos 8 de marzo, en conmemoración anticipada del Día Internacional de la Mujer del 8 de marzo, que ha contado con una asistencia superior a las 170 personas entre alumnos de la Universidad y empresarios de diferentes sectores de la provincia de Alicante.

La directora de la Cátedra Prosegur de la Universidad, profesora Mª Reyes González, incidía en la misma línea al afirmar que el factor mujer es fundamental en la empresa, en tanto que aporta cercanía, convivencia, comunicación, relación, … pero sigue habiendo muchos retos no resueltos. Se ha avanzado, pero queda mucho camino por recorrer.

El gap existente para alcanzar la completa igualdad de género en las empresas, fue el objeto de la conferencia-marco a cargo de la profesora de Marketing y Comercialización de Mercados de la U.A. Nuria Atienza, desde la perspectiva de que en un mundo que pretendemos igualitario, el feminismo debería ser una tarea de todos, mujeres y hombres.

Pero, efectivamente, hay mucho aún por hacer, pese a que la legislación tanto nacional como comunitaria no consienten ningún tipo de discriminación, entre las que adquiere preponderancia la discriminación por género. Algunos datos:

–          Con información nada sospechosa del INE, el GAP salarial está en el 23% (de cada 100 euros que cobra un trabajador, la trabajadora que hace tareas similares solo cobra 77).

–          Pese a que las mujeres no solo son más, sino que cada vez están mejor preparadas, el nº de puestos directivos que cubren es todavía muy escaso y aún más el % de mujeres en puestos de alta dirección (apenas un 5% de esos puestos están ocupados por mujeres).

Son muchas las razones –o, mejor, las justificaciones- que explican esta situación: discriminación directa, infravaloración del trabajo de la mujer, tradiciones y estereotipos, techo de cristal, desequilibrio en el reparto entre trabajo y vida familiar (escasa participación, todavía, del hombre en las tareas familiares), etc., y sin embargo, solo desde un planteamiento de eficiencia en los resultados empresariales, de acuerdo con conclusiones de Mckinsey, la ponente apuntaba que las empresas con más talento femenino tienen una media de rendimientos de capital un 41% superior a las que prescinden del talento femenino.

Nuria terminaba con una frase de Isabel Allende: “Quiero que este mundo sea bueno. No mejor, sino bueno. ¿Por qué no?. Se puede. Pongámonos de pié, arremanguémonos y pongámonos a trabajar apasionadamente para crear un mundo casi perfecto”.

A continuación, de manera sucesiva, se desarrollaron dos mesas redondas de mujeres directivas. La primera, de diferentes sectores industriales coordinada por la presidenta de la Plataforma unidos 8 de Marzo, Sandra Torrighelli, e integrada por

– Mª Soledad Berbegal. Directora de Comunicación y Estrategia Corporativa. Grupo Actiu.

– María Salud Torrelló. Presidenta de AEMPA. Miembro de las Juntas Directivas de COEPA y de la Cámara de Comercio de Alicante.

– Tania Cristina da Cruz. Administradora de FINAR SPAIN Nature Stone.

Tania es brasileña, lleva 10 años en España y explicó su proceso de integración en el mercado laboral español hasta que llegó al sector del mármol apoyada en su dominio de idiomas, y finalmente abrió su propia empresa de exportación especializada en los países árabes.

Sin duda ha sido un doble reto, tanto porque el mármol es un sector hasta ahora básicamente masculino y porque la función de la mujer en los países árabes aún no está plenamente integrada en el mundo laboral y mucho menos en funciones directivas.

La experiencia de Tania, sin embargo, es que es cierto que el hecho de ser mujer en un mundo de hombres –y el de la dirección de empresas aún lo es- no facilita especialmente las cosas en el primer momento, pero también puede aportar alguna ventaja si se camina con seguridad: la ruptura tan importante que al principio suponía entrar en ese terreno aparentemente “masculino” le facilitó la apertura de muchas puertas “por curiosidad” y a partir de ahí, solo cuenta la profesionalidad y el conocimiento de los mercados y las diferentes culturas, igual para mujeres que para hombres.

La cualificación y la capacidad de adaptación en diferentes circunstancias y a distintas culturas son para Tania las claves del éxito y de la progresiva normalización de la integración de la mujer en el mundo de la dirección de empresas.

Mª Salud Torrelló, en la misma línea que Tania, explicó que, sin que sea fácil, el desarrollo profesional de la mujer y su integración en todos los ámbitos de la dirección y gestión de empresas tiene mucho que ver con su propia decisión y con la ruptura progresiva de determinadas ideas asentadas durante muchos años sobre los diferentes roles sociales de hombres y mujeres, lo que debe abordarse desde la educación más temprana en las casas y en las escuelas.

Personalmente, decía Mª Salud, no ha sentido nunca el rechazo de los hombres en puestos representativos en asociaciones empresariales. Y desde su amplia experiencia en la creación de empresas (fundó su primera empresa con 17 años y la última con 50), decía “montar una empresa es fácil; lo difícil es mantenerla. Es fundamental la pasión”, tanto para hombres como para mujeres.

“No hay edad para emprender -terminaba diciendo- ni hay sexo; hay personas y pasión”.

Soledad Berbegal reforzaba en su intervención estas mismas ideas: las empresas son personas, y para alcanzar el éxito es necesario vivir las cosas con pasión en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, con visión que trascienda la pura relación laboral y el objetivo de resultados económicos como única prioridad.

El concepto de familia, de ayuda mutua, de contribución al desarrollo económico, social y medioambiental, a la promoción de la diversidad como un valor fundamental, son elementos muy importantes en ACTIU, que trabaja activamente en la conciliación de la vida laboral y personal, en el orgullo de pertenecer a una empresa que crece compartiendo el éxito con sus trabajadores y su entorno, y que cree firmemente en la aportación fundamental del talento femenino a su desarrollo, cuyos elementos diferenciales concretaba Soledad en: comunicación, capacidad de hacer equipo, vivir el trabajo con pasión, sensibilidad y sexto sentido, también en los negocios, con relaciones naturales en el seno de la empresa entre hombres y mujeres.

Se está avanzando en igualdad pero, en efecto, aún queda mucho por hacer.

Y por encima de la diferenciación entre hombres y mujeres, Soledad terminaba diciendo “en ACTIU somos un grupo de grandes personas”.

A continuación se desarrolló la mesa de directivas del sector de la hostelería, moderada por Ángeles Ruiz, escritora gastronómica, e integrada por

– Begoña Rodrigo. Directora Restaurante La Salita. Ganadora de Top Chef 1ª edición.
– Mª Carmen Vélez. Gerente Restaurante La Sirena. 2 Soles Repsol.
– Lola Vélez. Directora Salones Quinta Lacy.
– Geni Perramón. Gerente La Taberna del Gourmet de Alicante. Mejor Barra de España 2011.

Esta mesa se planteó como una conversación, un debate entre todas las participantes en torno a la posición de las mujeres en un sector fundamental para la economía de nuestro país, como es la hostelería, con gran impacto mediático en los últimos tiempos y que a pesar de ser una actividad tradicionalmente muy asociada a la mujer, probablemente refleja como ningún otro las resistencias del hombre a ceder a la mujer la parte de responsabilidad que debe asumir en la dirección y gestión de un negocio para el que está, incluso por tradición, especialmente capacitada. Incluso los medios, de manera consciente o inconsciente, apoyan esa diferenciación que no parece tener ninguna justificación, lo que llevó a iniciar el debate con una pregunta tradicional,

¿Por qué hay muchos más hombres cocineros famosos que mujeres?

Y seguramente no es una cuestión de respuesta fácil. Hay razones asociadas a las prioridades de hombres y mujeres, a la maternidad que hace que muchas mujeres puedan dedicar menos tiempo al trabajo o que valoren más la vida familiar que el triunfo profesional con una visión tradicional que deberíamos esforzarnos en romper desde las generaciones más jóvenes, tanto desde una cierta mentalidad machista que aún persiste en muchos hombres y ámbitos de la sociedad –apoyada incluso por actitudes de muchas mujeres- como desde una decisión consciente y constante de las mujeres por romper barreras que no tienen ningún sentido.

Este equilibrio necesario entre hombres y mujeres es muy importante en todos los sectores, y fundamental en el de la hostelería, en que las diferencias de género están especialmente resaltadas en opinión de las participantes en la mesa redonda, tanto en reconocimiento económico como laboral y social.

La convicción y la experiencia de todas las ponentes es que, en el sector, para llegar a las oportunidades de los hombres, las mujeres tienen que trabajar más, tienen que demostrar todos los días lo que valen, en un trabajo para el que es fundamental la complicidad de la pareja para soportar horarios complicados, la contribución equitativa a las tareas familiares, el apoyo para el desarrollo de la carrera profesional, … la consideración como iguales de los que son iguales y la valoración únicamente en base a la capacidad y en ningún caso al género.

En una actividad que pese a la imagen idílica y desenfadada que muchas veces trasciende, es especialmente dura por la tensión concentrada, el calor, el ritmo, las urgencias, … una actividad que necesita organización, estructura, dirección … capacidades que las mujeres tienen muy desarrolladas y no siempre tienen la oportunidad de mostrar, o no se les reconoce con facilidad (todavía, decían, existe gente joven muy machista, reiterando la necesidad de educación desde la edad más temprana).

La conclusión de esta mesa, en línea con la anterior, es que sigue habiendo mucho camino por recorrer en un mundo, el de la hostelería, que no es de hombres y de mujeres, sino de personas.

La gestión de la calidad

Es muy frecuente escuchar, incluso participar en debates profundos acerca de la importancia de la calidad como elemento competitivo clave para recuperar la autoestima que parece que hayamos perdido con tantos años de crisis como estamos viviendo.

Y es frecuente también que esos debates no sean capaces de superar la capa superficial de elementos genéricos de la gestión que, al final, en muchas más ocasiones de lo que sería deseable, vuelven al precio como principal argumento de venta de nuestros productos, con lo que la gestión, en lugar de enfocarse realmente hacia la calidad, termina –y empieza- focalizándose en el precio.

Y ahí terminó la calidad.

Porque la calidad, más allá de una definición, de una declaración de buenas intenciones, es un aspecto de la actividad empresarial que hay que gestionar: planificar, ejecutar, controlar y mejorar constantemente.

No hablamos, por tanto solo de hacer un producto que sea apreciado por el cliente, que por supuesto que tiene que ser así. Pero la calidad exige mucho más.

Para que pueda convertirse de verdad en una ventaja competitiva de la compañía, la calidad tiene que ser la propia gestión de la empresa y pasa, necesariamente, por la participación activa de la plantilla: la cualificación, la participación, el compromiso de los empleados, la mejora continua de la actividad, la mirada siempre puesta en el cliente final por supuesto, pero también en el cliente interno, en toda la cadena de proveedores internos/externos, la identificación de expectativas no satisfechas del cliente, …

La calidad, por tanto, pasa por las personas, de manera que si no somos capaces de conseguir que nuestros empleados se conviertan en nuestros socios, en nuestros primeros prescriptores convencidos, en los auténticos motores de la empresa, nuestro recorrido será corto.

Espejismos de reducciones de costes laborales aprovechando “coyunturas favorables” del contexto que no obedezcan a situaciones graves con expectativas de recuperación cuando esa coyuntura mejore (la transparencia con la plantilla al afrontar estas situaciones puede, incluso, convertirse en un motivo adicional para incrementar el compromiso de los empleados), pueden tener implicaciones muy negativas que condicionen el futuro de la empresa por desvinculación afectiva y profesional de los trabajadores con la organización, lo que apunta a su salida en cuanto el contexto económico mejore realmente y surjan de nuevo oportunidades para los mejores.

Y los mejores se irán en la recuperación, lo que podría condenar a la empresa a cambiar su orientación obligándola a competir en el futuro fundamentalmente en costes por pérdida de talento cuando, probablemente, coincidiremos en que no es esa la focalización más útil para las empresas españolas.

Seguiremos hablando de calidad en próximos posts que, como decía, más allá de un concepto más o menos acertado, la calidad tiene que convertirse en un automatismo de gestión que agrupe, al menos, la focalización en el cliente, la participación de la plantilla y la mejora continua como orientación global y específica de la empresa.

La Profesionalidad como herramienta de éxito empresarial

(Un resumen de la conferencia impartida para la Fundación Secretariado Gitano, dentro del programa Gente Profesional, el 26.11.2013)

Decía recientemente el profesor Gascó en una entrevista en ABC que “más allá de otras consideraciones, las empresas terminan siendo las personas que las integran, de manera que además de los conocimientos técnicos necesarios, lo que termina diferenciando unas empresas de otras es la gestión de los elementos intangibles, los únicos sobre los que es posible construir ventajas competitivas sostenibles. Y esos elementos intangibles se concretan en conseguir el compromiso de las personas con la empresa y su interrelación con los procesos específicos de la misma”.

La profesionalidad entendida como capacidad, cualificación, compromiso y acción, es fundamental para el éxito profesional y, en equipo y alineada con la estrategia, para el éxito de la empresa; pilar imprescindible para crecer y crear empleo estable, única vía para avanzar de manera consistente corrigiendo de esta forma el problema social más grave que tenemos en nuestro país y la plasmación más dura de la crisis en la que aún seguimos inmersos: la destrucción de empleo.

1.- El sector de la construcción

En el ánimo de este encuentro, entre sus objetivos, está hablar de la recuperación y la aportación que a la misma se puede hacer desde el colectivo gitano, así como elevar la expectativa de que nuestro colectivo pueda subir en condiciones de igualdad a ese carro de la recuperación que queremos empezar a vislumbrar. Y para ello, tiene sentido comenzar, aunque sea brevemente, por las causas que nos han llevado a la situación en que nos encontramos.

El hecho de haber concentrado una parte muy importante de nuestra capacidad productiva en un sector, la construcción, con mano de obra muy focalizada y no suficientemente cualificada, ha llevado a una situación de destrucción dramática de empleo en cuanto este sector –y todos los relacionados con él- se ha parado.

Esta parada del sector inmobiliario ha tenido un efecto especialmente duro en el colectivo gitano cuando había comenzado su progresiva integración normalizada en el mercado laboral, ya que una parte importante de las personas más jóvenes, especialmente varones, dejaron su formación en etapas muy tempranas para incorporarse a puestos básicos, poco cualificados, de la construcción con el objetivo de obtener un salario que permitiera apoyar la satisfacción de las necesidades básicas de sus familias.

La explosión de la burbuja inmobiliaria ha impactado, por tanto, de manera especial en nuestro colectivo ya que el 80% del trabajo remunerado por cuenta ajena de los gitanos era en el sector de la construcción, provocando tasas de paro superiores al 40% de su población activa, con pocas expectativas directas de recuperación a corto plazo dada la falta de cualificación objetiva de aquellas personas como consecuencia de su incorporación prematura al mercado laboral descuidando su formación, lo que la Fundación Secretariado Gitano está contribuyendo de manera muy eficiente a corregir a través de su programa Acceder, promoviendo la formación focalizada de personas para cubrir puestos de trabajo concretos –y su seguimiento posterior- en empresas con acuerdos específicos con la Fundación, en un programa de discriminación positiva a favor del colectivo gitano, como corresponde a un grupo en situación de especial riesgo de exclusión social.

2.- Dirigir la empresa

Dirigir una empresa se parece mucho a dirigir personas, máxime en entornos tan cambiantes como los actuales. Todos somos necesarios para que la empresa avance. Tenemos que conseguir que nuestros empleados quieran, sepan y puedan hacer las cosas. De lo contrario, a medio plazo tendremos problemas.

Apostar claramente por el compromiso, la implicación, las ganas de salir adelante en la empresa de toda la plantilla se convierte en una fuerza casi invencible, sobre todo si va unida al conocimiento, a la cualificación para hacer lo que hay que hacer y a la capacidad para imaginar lo nuevo; es verdad que cada uno tiene que atender a determinadas prioridades y modos de hacer dentro de la organización, pero para avanzar se necesita la aportación de todos.

Aunque sean mucho más evidentes los balances o las cuentas de resultados, esos solo hablan del pasado, que es importante como referencia, pero lo que verdaderamente importa hoy en las empresas es el futuro y ese lo escriben las personas.

Cosas que hay que hacer bien para el éxito en la dirección de empresas:

1.- Gestión de Personas.

2.- Innovación. Creatividad aplicada. Es fácil si conseguimos el compromiso de la plantilla en torno al proyecto común de empresa.

Las conclusiones del estudio de Gallup 2012 sobre el estado del lugar de trabajo, publicadas en octubre del pasado año, señalan que solo el 13% de empleados a nivel mundial están comprometidos con su trabajo, un 63% están desconectados y el 24% restante activamente desconectados, lo que significa que solo uno de cada 8 trabajadores están realmente satisfechos con el trabajo que realizan y trabajan activamente para mejorarlo y hacer contribuciones positivas al desarrollo de su empresa.

Tenemos una extraordinaria oportunidad en este punto, tanto en los costes como en los ingresos, para mejorar la productividad a nivel global.

3.- Aplicación de la estrategia. No prestamos atención suficiente a como pasamos a la realidad las grandes ideas, los grandes programas, o incluso cómo gestionamos el día a día de la compañía con la mejora continua de los procesos. Y el éxito de la empresa está ahí, en los detalles.

4.- El Cliente en el centro.

5.- Responsabilidad Social Corporativa. Compromiso con el desarrollo sostenible de la sociedad en los aspectos económico, social y medioambiental más allá de lo exigible legalmente, para lo que es imprescindible aplicar la ética en los negocios.

 

3.- Sobre la Reforma Laboral

Y cuando hablamos de compromiso, implicación, gestión de personas, es necesario hacer una referencia, aunque sea mínima, a la todavía reciente Reforma Laboral.

Con la flexibilización del mercado de trabajo que propicia la Reforma Laboral, se ha pretendido dotar de herramientas al mercado –especialmente a las empresas- que favorecieran la adopción de medidas alternativas a la destrucción de empleo para combatir etapas de crisis.

Parte de una base que tiene sentido: la confianza de los empresarios en que, en caso de ser necesario, se puedan pactar con facilidad medidas de ajuste interno que apoyen la continuidad de la empresa, es un elemento que debe facilitar la creación de empleo o, al menos, limitar su destrucción.

Un problema importante, seguramente, es que se ha puesto en marcha en un momento inadecuado, o al menos cuando mayor era la sensación de urgencia en reducción de costes por parte de las empresas, lo que se ha traducido en reducciones drásticas de plantillas que el futuro mostrará en muchos casos inadecuadas, en el sentido de desvinculación mental del trabajador –incluso del que se queda- con la empresa. Y sin esa conexión, no hay futuro.

En cualquier caso, esta es la situación en que nos encontramos y en la que tenemos que manejarnos, con una evidencia: está cambiando un paradigma en las relaciones laborales: del empleo para toda la vida estamos pasando al nuevo concepto de empleabilidad, entendido como la capacidad para acceder a un empleo en un entorno competido también en lo laboral, … a la profesionalidad.

Cuando un empresario –no un especulador- crea o adquiere una empresa, pretende construir un proyecto para que se consolide y perdure en el tiempo, para que le trascienda, incluso.

Y aunque sin duda uno de sus objetivos es obtener beneficios –de otra forma, el proyecto resultaría inviable y, por tanto, inútil-, los componentes sociales, de creación de empleo, de aportación de valor para la sociedad, de continuidad, están siempre implícitos en esa idea inicial de empresa que el emprendedor diseñó o completó e intenta hacer realidad.

Desde esta perspectiva –que es, en mi opinión, la única razonable- los ajustes, las reducciones de empleo … suponen un cierto fracaso de un proyecto que en ningún momento tuvo éstos entre sus objetivos.

Pero …comienzan a aparecer síntomas de que la crisis puede estar tocando fondo, y empezamos a ver una pequeña luz que se apagó en 2007 y que hasta ahora no había emitido rayos que nos dieran esperanza.

Y aquí entramos en el verdadero nudo gordiano de la gestión empresarial: la eficiencia, la productividad. Es necesario hacer más con menos (o sus equivalentes “hacer –y vender- lo mismo con menos” –eficiencia en costes-, o “hacer más con lo mismo, o hacer –y vender- mucho más con más” –eficiencia en la gestión global-)… más profesionalidad.

La eficiencia es, como sabemos, la capacidad de la empresa de conseguir unos determinados resultados utilizando la menor cantidad de recursos posible. A nivel agregado en la empresa y de manera muy simplificada, podríamos identificarla con un cociente en cuyo numerador están los ingresos de la empresa y en el denominador los costes.

De esta forma, como tal cociente, podemos mejorar la eficiencia aumentando el numerador (los ingresos) o reduciendo el denominador (los costes). Y evidentemente, cuando son necesarias soluciones a corto plazo y cuando las decisiones las debe tomar un número reducido de personas, es mucho más fácil mejorar aquel cociente reduciendo costes que aumentando ingresos: “los costes, en gran medida, dependen de mi decisión; los ingresos, en cambio, dependen de ese ente habitualmente difícil de controlar, que llamamos mercado”.

…Aunque el ajuste de costes tiene habitualmente un recorrido limitado y poco diferencial.

Y cuando ese ajuste se plantea sobre las personas de la empresa, se pierden, además, capacidades que pueden dificultar el progreso posterior de la compañía.

4.- El idioma del negocio en RRHH.

Para que Recursos Humanos aporte realmente el valor a la empresa que es capaz de generar, es necesario que se comporte y sea considerado como un socio estratégico de la dirección, que participe en las decisiones estructurales de la compañía y que no se convierta en un mero ejecutor de políticas que otros han decidido, en muchas ocasiones sin un conocimiento claro de las capacidades, oportunidades y limitaciones de las personas de la empresa.

Recursos Humanos tiene que hablar el idioma del negocio, tiene que entender perfectamente el negocio en que está la empresa y ser capaz de aportar en la estrategia y en las tácticas las ventajas para la empresa que las personas de la misma incorporan, desde los conocimientos acumulados, el trabajo en equipo, el compromiso, la creatividad, etc..

Con estrategias solo de corto plazo en la gestión de los recursos humanos pueden aparecer espejismos que seguro que se disuelven con rapidez y pueden comprometer el futuro a medio plazo.

Solo la gestión correcta de las personas es capaz de ayudarnos a vislumbrar el futuro con una cierta claridad.

5.- Algunas conclusiones.

Tenemos la responsabilidad, en tanto que directivos de Recursos Humanos, de apoyar la consecución de los objetivos de la empresa a través de una gestión de personas profesional, comprometida, responsable, coherente con la estrategia corporativa y las distintas estrategias competitivas que la empresa pretenda abordar en sus diferentes negocios.

Y esa gestión de personas debe estar presidida por criterios de sostenibilidad y responsabilidad social, entre los que adquiere relevancia creciente la discriminación positiva, en condiciones similares de profesionalidad, a favor de colectivos más expuestos a problemas de exclusión social, entre los que el pueblo gitano tiene especial significación.

La colaboración con las administraciones y asociaciones como la Fundación Secretariado Gitano para facilitar el acceso al empleo a personas de este colectivo es, sin duda, una muestra evidente de ese compromiso social de la empresa que justifica plenamente su función como instrumento fundamental de desarrollo y base de nuestro sistema social.

Estoy seguro de que los resultados, como se ha demostrado en reiteradas ocasiones en el programa Acceder, no decepcionarán a nadie y ayudarán a mostrar el valor social que son capaces de aportar las empresas.

Transformarse; cuando cambiar no es suficiente. No es posible el éxito empresarial a largo plazo con criterios de gestión de personal solo de corto plazo (14).

La adaptación continua a los cambios más o menos fuertes del mercado es, en las empresas bien gestionadas, una respuesta “refleja”  de la organización. Pero con ser importante, esta evolución puede ser insuficiente porque en definitiva lo único que pretende es reaccionar para tratar de mantener las cosas como están. Y en mercados saturados, mucho más en mercados recesivos, el futuro de esta estrategia no es demasiado esperanzador.

Cada día más es importante anticipar el futuro, identificar tendencias sólidas y transformar la empresa para adoptar una nueva posición competitiva que permita romper esa dinámica de tensión negativa permanente y transformación. Y esa transformación nunca es refleja, sino una decisión de riesgo que se toma de forma consciente por la Dirección con el compromiso y la participación de toda la compañía.

Un estudio de IBM realizado entre directivos de todo el mundo, señala tres grandes retos para empresas y organizaciones:

1. Cómo crecer aportando más valor.

2. Cómo escuchar más y mejor al cliente.

3. Cómo transformar las estructuras y dotarlas de capacidades para responder a los retos.

¿Y quiénes sobrevivirán? Pues aquellos que busquen y sepan apoderarse de los espacios aún no disputados en los que la competencia sea irrelevante, y mientras mantienen el tipo en el espacio tradicional confrontando con sus rivales (Juan Liquete, Secretario General del Club Excelencia en la Gestión).

El Cirque du Soleil es un buen ejemplo de cómo crear un espacio no disputado (un “océano azul” en terminología de W.Chan Kim y Renée Mauborgne en el libro “La estrategia del Océano azul, cómo crear en el mercado espacios no disputados en los que la competencia sea irrelevante), en un sector escasamente atractivo a primera vista y con un limitado potencial de crecimiento si lo examinamos desde los esquemas tradicionales del análisis estratégico: múltiples alternativas de entretenimiento infantil (público objetivo tradicional del circo), elevados costes por múltiples pistas y dependencia de estrellas de la actividad, así como problemas con grupos protectores de animales.

Sin embargo, en menos de 20 años, el Cirque Du Soleil ha sabido generar un nivel de beneficio que los campeones de la industria circense mundial tardarían más de 100 años en lograr.

El aspecto más notable del éxito del Cirque Du Soleil es que no buscó arrebatar los clientes a otros circos, sino que creó un espacio nuevo en que la competencia se tornó irrelevante. Se dirigió a un segmento de clientes distinto: adultos y clientes corporativos, dispuestos a pagar un precio muchas veces más alto que el de los circos tradicionales por una experiencia de entretenimiento sin precedentes, combinando el circo con el teatro, reduciendo costes por reducción de espacios, no dependencia de estrellas o eliminación de animales salvajes en la pista. En pocas palabras, el Cirque Du Soleil ha revolucionado el circo, lo ha transformado, ha creado un espectáculo completamente diferente para definir un espacio competitivo nuevo, un negocio nuevo. Uno de esos Océanos Azules con gran demanda y sin competencia.

Aquellas organizaciones que quieran sobrevivir no podrán, muy probablemente, conformarse con adaptarse a la evolución de su sector, de su supuesto mercado; deberían más pronto que tarde transformase, diferenciar sus productos y servicios, encontrando estos nuevos espacios aún no disputados capaces de ofrecer un rendimiento superior.

Y es que el fenómeno de la globalización pone de manifiesto dos cosas:

–          Las políticas de reducción de costes no van a compensar en muchos años la desventaja en costes con los países actualmente emergentes…

–          Excelencia, cualificación, innovación, anticipación … son ya  factores clave para definir la nueva posición que deben adoptar las empresas.

Lo que hace imprescindible contar con todos los empleados de la compañía tanto en el diseño de la estrategia como en su ejecución, con el fin de mejorar la capacidad de competir tanto en entornos habituales como en la identificación de esos nuevos espacios que permitan romper la dinámica frecuente de crecer a costa del competidor y del margen.

La gestión eficaz del cambio, como práctica habitual de gestión, exige preparación, compromiso e implicación de todos en la empresa, liderados por la dirección.

Vivimos en el cambio. No hay otra opción.